Skip to main content

Cierra tus ojos, escucha tu respiración. Conéctate a este momento presente. Escucha que tiene que decir tu corazón, tu cuerpo y tu espíritu. Confía y entonces cuando estes tranquilo, actúa. Eso es un salto de fe, es seguir nuestra voz interior.

Arriesgarnos por algo que nos hace vibrar, sacar esa basura mental que a veces ronda nuestra cabeza para hacer espacio a todo eso que nos nutre y fortalece. No necesitamos hacer grandes cosas, ni ser una superwoman/man. Solo requiere voluntad y confianza sabiendo que ese salto de fe ya hace una gran diferencia. Ese granito de arena en el desierto es un imán de oportunidades para hacer un mundo mejor.

Poco a poco, paso a paso. Avanzando con paso firme, seguros de que ese camino nos hace pisar fuerte y cada acción se convierte en una transformación que enciende nuestro ser y nos hace ser ESENCIA PURA.

Una corazonada, un suspiro, un anhelo, un deseo profundo, todo son pistas que nos acercan a lo que realmente queremos y llevamos dentro.

Señales, tenemos muchas señales constantemente que nos indican, redireccionan o nos impulsan hacia nuestro verdadero camino. Cuántas veces hemos tocado e insistido en la puerta equivocada. Esa que por mucho que llamamos nunca termina de abrirse. Cuántas veces hemos invertido tiempo sagrado en puertas entreabiertas que no nos permiten crecer. Si tan solo mirásemos a nuestro alrededor veríamos un mundo infinito de puertas que sí son para nosotros, que sí se abren desde el principio, que sí podemos ser nosotros mismos, que sí nos nutren y acarician nuestra alma. Por ahí es, justo allí.

Me sigues?

Guíate por tu intuición, da ese salto de fe que tanto te mereces.

Qué bonita es la vida que sí está alineada con nuestra esencia.

Qué bello es el mundo que respira nuestras ganas.

Que hermoso es creer en nosotros y seguir lo que llevamos dentro.

Abre las puertas que son para ti y avanza.

Benditos Saltos de Fe.

Deja tu comentario