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He vuelto a madrugar los fines de semana con ilusión y de forma natural, he vuelto a mirarme al espejo para darme los buenos días desde el corazón. He regresado a leer sin freno y a comprar más libros de los que podría leer en una vida entera.

He dejado de coger el callejón de atajos en el camino porque siempre me lleva al mismo sitio del que quiero escapar. Comprendí que no vale de nada saltar el camino porque el recorrido sólo tiene sentido si se hace completo y que la lección sólo puede integrase si atraviesas el trayecto mirando de frente a todo lo que te trae hasta la puerta del dormitorio. Ya no quiero asignaturas pendientes que se repiten año tras año porque los deberes están sin hacer, quiero aprobar y además con nota, a ser posible con matrícula.

Quiero dejar el drama para las novelas y filosofar de la vida con sentido del humor.

Me sobran los chupa sangres y adoro a la gente sana y noble que me rodea.

Me sigues?        

He vuelto a los días de tranquilidad sin necesidad de hacer cosas, he tomado trenes sin saber cuál era la parada final porque quería probar nuevas rutas para ver que aprendizaje traían esos nuevos destinos. He decidido dejarme sorprender por la vida y que también la vida haga para no estar siempre haciendo.

Soy feliz teniendo frío en verano, me encanta el color rosa fucsia, adoro a la gente auténtica, lloro con las pelis de los sábados por la tarde, me río como una loca, admiro a mi perro, soy capaz de ver la belleza en la oscuridad. Me derriten las miradas amorosas, el chocolate me alegra el día, pagaría toda mi vida por vivir en un spa dónde me hagan masajes diarios y quiero que un día me toque la lotería, claro, ¿a quién no le gustaría?

En conclusión, quiero decirte que tú eres un ser increíble y único, no permitas que ahoguen tu esencia divina. No te quepa la menor duda que tu mayor virtud eres tú, y que si somos más siendo nosotros mismos, el mundo será un lugar mejor.

¡Hagámoslo posible!! Y no te olvides de disfrutar del viaje.

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