Zaratustra decía “No traiciones nunca a la tierra. Incluso en tu mayor gloria, no te olvides de la tierra, porque es tu madre. Y no te olvides de la gente. Pueden haberte entorpecido el camino, pueden haber sido tus enemigos, pueden haber intentado destruirte de todas las maneras, quizá ya te hayan crucificado, apedreado o envenenado, pero no te olvides de ellos. Cualquier cosa que te hayan hecho, lo han hecho de forma inconsciente. Si no les perdonas, ¿quién les va a perdonar? Y tu perdón te enriquecerá inmensamente”
La tierra nos ha acogido desde el principio de los tiempos siempre y a ella le debemos respeto y el perdón es la herramienta más poderosa para la evolución espiritual. A veces nos empeñamos en aferrarnos al dolor y preferimos quedarnos enterrados en ese fragmento del pasado que nos hirió y no vemos más allá de esa experiencia. Puede ser porque confiábamos en esa persona y la amábamos y nos sentimos traicionados sin darnos cuenta de que detrás de todo eso hay un mundo de sabiduría que puede ayudarnos a crecer y a entender que la vida es siempre cambio y que todo lo que nos sucede tiene un significado profundo. El perdón nos facilita ese camino hacia la sanación.
Cuando perdonas a los demás también te estas perdonando a ti mismo por todo lo que hiciste y por eso es tan poderosa la fuerza de soltar y decidir agradecer cada experiencia. Porque cuando agradeces entiendes que todo forma parte de un plan perfecto para tu propia evolución. Nos han enseñado a ser vengativos y rencorosos y el ego se encarga de hacer el resto, sin embargo, hay mucho más valentía y coraje para llegar hasta el perdón, pero claro eso no nos lo enseña nadie. Es más fácil sentir que el resto del mundo tiene la culpa de nuestros males y que nosotros somos victimas del sistema. No, no es verdad. Hay que ser muy valiente para decidir perdonar, para decidir integrar esa experiencia en tu corazón y poder soltar para seguir avanzando.
Tu eres un ser de luz a pesar de que la sociedad quiera empeñarse en todo lo contrario. Cuando nacemos somo puros y solo hay amor en nuestro ser, justamente eso, es lo que tenemos que recordar porque eso es lo que realmente somos.
Pasos para integrar el perdón en tu vida contigo mismo y con los demás:
o Reconocer la responsabilidad de tu vida para tomar conciencia que el perdón te libera
o Acepta tus errores como parte de tu crecimiento
o Expresa lo que sientes para soltar todo lo que está dentro de ti y ponerlo en orden.
o Acepta tu ira para transformar ese sentimiento en serenidad
o Siéntete digno de perdón y de perdonar
Espero que te gusten mis artículos.
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“El perdón es un regalo silencioso que dejas en el umbral de la puerta de aquellos que te han hecho daño” Robert Enright
En algun momento dices: «nadie nos enseñó a perdonar». Alguien Jesús, nos dejó dicho…si alguien te da una bofetada, presentalé tu otra mejilla. O si tu hermano te ofende, perdonalé, hasta setenta veces siete, es decir cada vez que te ofenda.
Ciertamente es difícil, pero, es la gran verdad si se consigue. No el simple perdono pero no olvido, no. Pero si llegamos desde lo más profundo del corazón a perdonar, se experimenta una liberación interior tan grande, que es imposible explicar.
Totalmente de acuerdo amigo. Un abrazo
Perdonar puede ser el resultado natural de un proceso, si antes te permites desahogar los que son tus verdaderos sentimientos.
Perdonar por una cuestión de autosanación sí, por liberarme, sí. Agradecer a mi verdugo, jamás, porque no soy masoquista. Agradecerme el ser capaz de sacar un aprendizaje de lo malo, eso sí.
Quizás más adelante el verdugo se convierta en maestro. Gracias Patri!
Muy bonito…… pero no siempre es fácil perdonar, quizás con el tiempo, otra cosa es olvidar.
Un saludo
El tiempo lo pone todo en su sitio compañero. Un abrazo fuerte
Precioso! perdonar es sanar y crecer.
Gracias Hermes. El perdón es terapéutico 😉