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La forma como alimentamos nuestros pensamientos forja nuestra vida y predispone nuestras experiencias.  La siembra que recogemos viene determinada por nuestro vivero mental y por todo aquello que esperamos ya que al final creamos todo lo que creemos.

Nuestra mente es un bello jardín y nosotros somos los únicos responsables de todo lo que florece y marchita allí dentro.

Podría decirte que la vida es un camino de rosas,

Que vivir auténticamente no duele,

Podría decirte que el amor lo puede todo,                         

Podría susurrarte al oído versos de lo bonita que es la vida,

Y seria verdad, pero también hay otra verdad y es que a veces el amor no es suficiente para continuar una relación, que la vida duele, pero aun así merece la pena vivirla intensamente.

Me sigues?

Podríamos hablar horas de las injusticias que hay y cuanto horror existe, pero también podríamos poner nuestra atención en todo lo bueno, en las personas que hacen nuestro mundo bonito, en todo lo que nos hace sentir bien, en cumplir nuestros sueños y misiones. Porque al final importa más que hacemos con lo que tenemos, que quedarnos quietos esperando que el mundo cambie o mejore.

Todo se resume a decidir quién queremos ser ¿Victimas de nuestras circunstancias? O ¿protagonista de nuestra existencia?

Desde que lugar te relacionas contigo ¿Desde la carencia o desde la abundancia? Porque hay otra verdad y es que somos responsables de nuestra vida y ¿sabes qué? menos mal que lo somos porque gracias a eso podemos ser plenos, felices y vivir en paz. Si, solo nosotros somos capaces de darnos todo aquello que necesitamos, no está en el otro, no depende del frio o calor que tengas hoy o la mala suerte que creas tener esta semana o la que viene. No, afortunadamente todo es cuestión de perspectiva y de visión propia.

Dónde ponemos nuestra atención y como la utilizamos en beneficio propio o en nuestra contra solo es responsabilidad nuestra. Eso es una gran responsabilidad y una forma de saber que contienes dentro de ti todas las herramientas para alcanzar la paz y lo mejor de todo es que es gratis. Solo es cuestión de consciencia y trabajo duro interno y a cambio de eso llegas al cielo. A tu particular cielo, ese donde no tienes nada que aparentar, donde ya no hay máscaras, donde solo hay pureza y encuentro con lo que eres. Tu hermosa esencia.

Gritar y mirarte al espejo para encontrar lo que has buscado una vida entera y darte cuenta que eres tú mismo/a. Es uno de los mejores descubrimientos que podemos hacer durante este camino. Afortunados todos los que ya los sepáis porque habréis encontrado la llave de vuestra autentica felicidad.

Recuerda que tu mente es un jardín y solo brotará aquello que plantes. Siembre amor y serenidad así nacerán las flores más bellas del mundo.

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