Querido pasado, gracias por las lecciones aprendidas, gracias por los momentos de oscuridad y sombras, gracias por demostrarme que no hay nada seguro en esta vida. Gracias porque eso me ha hecho estar lista para vivir mi PRESENTE.
Gracias a los que no entendí, ni me entendieron, a los que no miré porque no me miraron. A todos los que os fuisteis, a todos los que me negasteis, a los que me fallaron, a los que me amaron y no se quedaron.
A los que fallé, a los que decepcioné, a los que no supe llegar, a los que lastimé y me lastimaron.
Fuisteis aliados, consejeros, compañeros y hasta enemigos y maestros. También sé que no fue suerte, ni azar encontraros, ni que me encontrarais.
Son nuestros miedos, son nuestras limitaciones e incompletas formas de auto gestión las que hieren y dañan.
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Quiero ser valiente para recibir todo lo que esta hermosa vida me regala cada día, quiero gritar al mundo que me hice confidente de mi alma, que mi vida es más completa, que ya no litigo tanto con los demás y que la mayoría de las discusiones son conmigo misma.
Quiero compartirlo contigo porque he comprendido que sólo sí nos aliamos con nuestro ser podremos vivir una vida verdadera. Deseo contártelo para que tú también puedas jurarte amor eterno, en serio, ese es el único amor que estará siempre a tu lado, hasta el último día ¿lo has pensado?
Mi querido Osho ya lo decía – Sin amor, la vida no tiene poesía.
No dejes que te lleven a su infierno, ve hacia tu cielo y si puedes, llévalos contigo.
Ámate y todo lo demás fluirá.